RIPANI, JORGE A., "La Reforma universitaria iberoamericana. Consideraciones en torno a sus ascendientes doctrinales", Centenario de la Reforma Universitaria. 1918 - 2018. Anuario del Centro de Estudios de Historia Constitucional Argentina "Dr. Sergio Díaz de Brito" de la Facultad de Derecho de la UNR, 2018, p. 21 a 36, https://rephip.unr.edu.ar/xmlui/handle/2133/14180. |
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LA
REFORMA UNIVERSITARIA IBEROAMERICANA
CONSIDERACIONES EN TORNO A SUS
ASCENDIENTES DOCTRINALES
Jorge Alberto Ripani*
PRESENTACIÓN DEL TEMA
Dentro de las posibilidades
materiales de un artículo de las características intrínsecas de esta
publicación, el presente atraviesa brevísimamente dos aspectos probablemente
medulares a los fines de reconocer y valorar la naturaleza intelectual del
ideario de la Reforma universitaria iniciada en Córdoba en 1918. Ellos son la
trama sobre el espacio geopolítico desde y al que se encuentra concernida y el
marco doctrinal epocal que la constituye.
A esos fines sintetizamos dentro de
lo máximo viable la ensambladura continental de la Reforma y los axiomas de las
corrientes de pensamiento que producen un trastrocamiento del orden de ideas anquilosadas
en la Generación del ´80 y que mayor relación guardan con el movimiento
estudiantil: el liberalismo político que emerge dentro del propio positivismo, las
ideas fundacionales de la UCR, la Generación del ´900 y el aprismo.
A modo de conclusión finalizamos
ensayando respuestas a aquellos dos aspectos, buscando el profundo sentido
histórico que nos permita comprender la magnitud del horizonte filosófico y
geopolítico de la cuestión.
NATURALEZA CONTINENTAL DE LA
REFORMA UNIVERSITARIA
Marca Marcelo Gullo que para fines
de la década de 1910 el reformismo universitario “Se había extendido por toda la América Latina generando, como nunca lo
volvería a hacer después, la idea de que todas las naciones hispanoamericanas
no conformaban, sino, una sola nación, dividida artificialmente y que aquella
nación debía reunificarse. Este verdadero ideal era el que movía a la juventud
de toda la América Latina a la acción política común”[1].
En el mismo sentido Raúl Arlotti expresa que “la Reforma de Córdoba se inscribe dentro de una larga tradición
intelectual y política que se remonta a la propuesta de Bolívar (…) el autor
del Manifiesto, Deodoro Roca, en 1915 defiende su tesis doctoral puesta bajo el
título: “Monroe – Drago y el ABC” (…) en la cual se muestra claramente a favor
del americanismo bolivariano frente al panamericanismo propuesto por los
Estados Unidos”[2].
Tan es así que el “Manifiesto
Liminar” de los estudiantes argentinos de Córdoba de 1918 ostenta: “La
redención espiritual de las juventudes americanas es nuestra única recompensa,
pues sabemos que nuestras verdades lo son —y dolorosas— de todo el continente.
(…) La Federación Universitaria de
Córdoba cree que debe hacer conocer al país y América las circunstancia de
orden moral y jurídico.
(…) se contempla el nacimiento de
una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos
los hombres libres del continente.
(…) Recojamos la lección, compañero
de toda América.
(…) La juventud universitaria de
Córdoba, por intermedio de su Federación, saluda a los compañeros de la América
toda y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia”[3].
A tal efecto es esencial destacar
que en el aspecto geográfico, la reforma no tiene lugar sólo en Argentina sino
también en el resto del continente. Dice Juan Carlos Portantiero que “El "destino americano" que los estudiantes argentinos habían
intuido para la reforma universitaria se expresó en poco tiempo como una
violenta onda que sacudió primero a Perú, luego a Chile, más tarde a Cuba,
Colombia, Guatemala, Uruguay. Una segunda oleada, posterior a 1930, abarcará al
Brasil, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Venezuela y México”[4].
Sólo por dar un ejemplo en Chile
lanzan la revista Claridad. Una publicación que pretende “aunar la labor de intelectuales y obreros. Los unos darán la semilla,
los otros sembraran y cultivarán; de todos será la cosecha”[5].
En ella colaboran las principales figuras de esa generación estudiantil entre
quienes destacan el entonces estudiante y futuro Premio Nobel de Literatura
Pablo Neruda y la escritora Gabriela Mistral. El presidente Carlos Ibáñez del
Campo (1927-1931), propulsor del ABC, en primera instancia recepta teóricamente
-a través de decretos- la autonomía institucional y financiera a la Universidad
de Chile (1927) pero esas normas no consiguen correlato en la realidad
efectiva.
INFLUENCIA DOCTRINAL
El Manifiesto de Córdoba contiene
axiomas variopintos que en ocasiones, pueden provocar galimatías. Es por ello
que hacemos una remembranza del marco doctrinal epocal que asciende en la
construcción de su ideario.
El escenario intelectual previo y
dominante entre las elites dirigenciales latinoamericanas es el POSITIVISMO DE LA GENERACIÓN DEL `80. A
tal efecto es menester recordar que luego de la derrota de los dos últimos
intentos de construcción de poder nacional industrial a través del
proteccionismo económico (el primero conducido por Juan Manuel de Rosas en
Argentina y el segundo por Francisco Solano López en Paraguay) se consolida el
modelo de la Generación del ´80. En materia económica implica libre comercio.
Consecuentemente luego de la Guerra Grande, Bartolomé Mitre reconoce que en la
misma “ha triunfado no sólo la República
Argentina sino también los grandes principios del libre cambio (…) Cuando
nuestros guerreros vuelvan de su campaña, podrá el comercio ver inscripto en
sus banderas victoriosas los grandes principios que los apóstoles del libre
cambio han proclamado”[6].
Esto involucra para los países la inserción en el mundo como productores de
materia prima (“granero del mundo”) y receptores de manufactura. En lo
cultural, el rechazo al tradicionalismo e historicismo indo-hispano-americano
encarnado centralmente en las figuras icónicas del indio, el español, el
portugués, el gaucho, el criollo, el sacerdote y el mestizo; es decir, una
visión eurocéntrica del mundo. Del mismo modo que Latinoamérica importa materia
prima, lo hace con el pensamiento y la cultura. La trama escritural permite
reconocer que en última instancia, el poseedor de los valores que se consideran
virtuosos en lo filosófico no es la mayoría del pueblo sino una elite en
general portuaria que se nutre de los libros que llegan con los barcos
europeos. En lo político, el nacionalismo “de campanario” o de “patria chica”
que entiende que los fragmentos de la América hispánica son naturalmente
constituidos y no fruto de una debilidad geopolítica. Consiguientemente
aparecen en la segunda mitad del siglo XX innumerables conflictos bélicos
limítrofes que reducen la población gaucha, negra e india y dividen
artificialmente provincias que hasta hace poco se consideran un sólo pueblo.
Esta ideología gobierna en la Argentina
unos 60 años y se instala también en el resto de Hispanoamérica. Sus devotos
son liberales en materia económica, cultural y educacional pero conservadores
en política ya que se mantienen en el poder a través del fraude electoral. En
Argentina Julio Argentino Roca plantea “paz y administración” y en Brasil
“orden y progreso”.
El tiempo ideológico parece estar
consolidado. Sin embargo hacia fines del siglo XX se van terminando las guerras
limítrofes. Aparece el intento de panamericanismo fomentado por EEUU, una nueva
potencia mundial que en el futuro desplaza al Reino Unido. E Iberoamérica
asiste a los aprestos de la Primera Guerra Mundial. En ese momento desde el
campo del pensamiento se comienzan a promover una de una serie de corrientes
alternativas al positivismo entre las que se produce una virtual confluencia
tácita vinculada con este adversario en común. Estamos hablando del liberalismo
político que surge dentro del positivismo, el comunismo, el anarquismo, el
krausismo, las enraizadas ideas federales reescritas en la UCR fundacional y la
Generación del ´900. En ese sentido se produce un quiebre de saberes respecto
al orden epistemológico de la oligarquía que abre paso a una nueva trama que en
el plano cultural y teórico político se nutre del verdadero acaecer del pueblo.
Cada corriente lo hace desde alguna arista. Ut
infra brindamos algunas líneas mínimas sobre las que consideramos de mayor
impacto en el movimiento universitario iberoamericano.
En un primer momento dentro de las filas la propia
Generación del ´80 irrumpe un LIBERALISMO
POLÍTICO que problematiza con el régimen, sobre la democracia. En el
interior de la elite dirigencial asoman paulatinamente hombres que son
liberales en todos los aspectos y se proponen coherentemente plasmar su
ideología en la política. Dado que el liberalismo político presupone democracia
formal, aspiran a abandonar el fraude electoral.
Este pensar se encuentra encarnado
centralmente en la figura del presidente Roque Sáenz Peña, quien “en
octubre de 1889, junto a Manuel Quintana, representó a la Argentina en el
Congreso Panamericano en Washington en el que defendió el principio de no
intervención de las potencias extranjeras en los asuntos internos de los
estados latinoamericanos y combatió el proyecto estadounidense de crear una
unión aduanera y una moneda única para toda América. En esa ocasión, Sáenz Peña
contrapuso a la tristemente célebre doctrina Monroe, que proponía “América para los americanos”, la
frase “América para la
humanidad””[7]. Asimismo participa en la Guerra del
Pacífico dentro del ejército peruano. No tanto desde un lugar de
continentalismo sino inscripto en el nacionalismo “de campanario” que ve en
Chile una hipótesis de conflicto. Aquí es preciso tener presente que Argentina
aprovecha que el país trasandino se encuentra en guerra para incorporar a la
Patagonia y que luego Chile protesta por ello durante años. De todas formas el
talente de Sáenz Peña es reconocido por su aproximación a Bolivia y Perú a
contramano de la oligarquía argentina que inmersa en la teoría de la selección
natural en auge en Europa, todavía sigue hablando en términos de “casta de
chocolates”, “andrajos” y “chichería”[8] como
en 1816, cuando Belgrano propone una monarquía incaica con capital en Cuzco.
Sin
embargo la intervención medular de Sáenz Peña para cambiar la historia consiste
la promulgación de la ley de voto masculino, secreto y obligatorio que lleva su
nombre. Con ella se pasa del fraude electoral a una democracia formal y
posibilita el arribo al Poder Ejecutivo de la mayoría del pueblo argentino desentrañada
indudablemente por la UCR. La novedad en lo filosófico se encuentra concentrada
en su mensaje de presentación del proyecto: “He dicho a mi país todo mi
pensamiento, mis convicciones y mis esperanzas. Quiera mi país escuchar la
palabra y el consejo de su primer mandatario, quiera el pueblo votar”[9].
En
otro orden de ideas a
partir de la Revolución del Parque de 1890 se comienza a vislumbrar una nueva
oposición a la oligarquía que en su arista formal se constituye como Unión
Cívica Radical (1891) y en su fondo edifica un ideario a través de la palabra
de sus dirigentes. A tal efecto la doctrina de la UCR FUNDACIONAL, encuentra sus huellas en los discursos, cartas,
vida y obra de sus dos hombres esenciales: Leandro Além e Hipólito Yrigoyen. Tío
y sobrino.
En una primera instancia el
conductor político e intelectual es Além. Es veterano de la Guerra del Paraguay
e hijo de un integrante del Partido Federal. En tal sentido su padre Leandro
Alen, un pulpero de las orillas de Buenos Aires, primero es miliciano de Manuel
Dorrego, luego mazorquero rosista y finalmente colgado en una plaza tras la
batalla de Caseros, uno de los sucesos decisivos de la historia nacional. Ese
momento marca la conciencia de Leandro Além para siempre. Vivencia el
revanchismo unitario y las urgencias económicas de su madre. Empiezan a
denostarlo con los sobrenombres "el hijo del ahorcado" o "el
hijo del mazorquero". Para eludir la discriminación toma la angustiosa
decisión de modificar la “n” final de su apellido originario por una “m”.
Décadas más tarde las familias
federales diezmadas por la guerra civil argentina y las campañas de
“pacificación”, encuentran la orientación perdida en su persona. Al
materialismo positivista Além opone la espiritualidad de los humildes. Escribe:
"El desaliento, el quebranto, la
inmoralidad, no surgen de los bajos fondos sociales. Vienen de las alturas. Hoy
se sacrifica todo, el honor, la palabra, la fe jurada ante los hijos y la
patria, para descender luego a los goces materiales, por gustar con fruición de
sibaritas los placeres de la sensualidad”[10].
Ahora bien, para desalojar a la
Generación del ´80 de la conducción estratégica de la nación, la UCR entiende
que debe terminar con el fraude electoral. Entonces hasta este momento, plantea
la democracia formal como búsqueda de solución al conflicto en el plano
meramente electoral. Esto significa la sanción de una ley de voto secreto,
universal y obligatorio. A ese fin la UCR realiza tres revoluciones armadas y
delinea la “abstención electoral revolucionaria” como itinerario.
Continuando con esta alternativa
filosófica en un segundo instante el conductor es Hipólito Yrigoyen. Las
diferencias entre tío y sobrino no son estratégicas sino tácticas. En el fondo
están de acuerdo. Una vez lograda la democracia previo contacto entre Roque
Sáenz Peña e Yrigoyen, la UCR se convierte en el primer movimiento político de
masas del siglo XX en acceder a la Casa Rosada. Con Yrigoyen aparecen los
trabajadores y la “chusma”. Esta es su base social.
Como conductor intelectual del
movimiento Yrigoyen no escribe ni da discursos sino que realiza un aporte al
antipositivismo a través de charlas privadas estilo maestro - discípulo.
Algunos seguidores lo comparan con Jesús de Galilea. “El peludo” intenta
adaptar el krausismo al historicismo nacional de raigambre federal. Este
ideario es reconstruido a través de testimonios, su obra y algunos escasos
escritos. La construcción intelectual se emparenta en el fondo y en la forma a
la antigua producción filosófica del Partido Federal. Tanto el caudillo en su
relación con el gaucho, como hacia el interior de las familias se trabaja así,
verbalmente. Epistemológicamente se llama a este conjunto de conocimientos como
“saber popular” o “verdades populares” y se encuentra enraizado en la cultura
de las multitudes. Es el sentido histórico de la UCR encadenado al espíritu del
acaecer del pueblo. De otra manera no se puede explicar la gigantesca potencia
numérica y sumatoria de apellidos federales que posee la UCR en su etapa
fundacional. En tal sentido se conoce en la interpretación histórica que
Yrigoyen coincide con el federalismo. En
un diálogo expresa que es necesario “comprender
la justicia de la Reparación Nacional por la que el pueblo argentino clama
desde hace cincuenta años”. Y tras ligera pausa, como hablando consigo mismo
exclamó: “Desde Pavón hasta hoy ha
corrido ese tiempo”[11].
¿“Reparación” (Yrigoyen) es sinónimo
a “restauración” (Rosas)? No lo
sabemos con estos elementos.
Asimismo el decreto de Yrigoyen que
declara al 12 de octubre como “Día de la Raza”, es una fuente para rastrear la
cosmovisión. Decreta que “el
descubrimiento de América es el acontecimiento más trascendental que haya
realizado la humanidad (…) abrió insospechados horizontes al espíritu (…) Genio
hispano intensificado con la visión suprema de Colón, (…) la conquista no tiene
término posible de comparación en los anales de todos los pueblos. España volcó
sobre el continente enigmático el magnífico valor de sus guerreros, el ardor de
sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la
labor de sus menestrales, y derramó sus virtudes sobre la inmensa heredad que
integra la nación americana. (…)
homenaje a España, progenitora de las naciones a las cuales ha dado con la
levadura de su sangre y la armonía de su lengua una herencia inmortal”[12]/[13].
De esta manera reconoce a la hispanidad, como elemento aglutinante de la
unidad continental americana a la cual considera valiosa.
En 1929 al inaugurarse el servicio
telefónico con EEUU en respuesta a Herbert Hoover afirma que “Sintetizo Sr. Presidente, esta grata conversación, reafirmando mis
evangélicos credos de que los hombres
deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para los pueblos"[14].
Y en este punto es donde para
comprender rigurosamente el pensamiento de Yrigoyen, debemos recordar
nuevamente que su presidencia se enmarca dentro del proceso continental
hispanoamericano de reformas universitarias. En las mismas se observa a los
trabajadores unidos a los estudiantes. El chispazo de este proceso lo brinda
Argentina. Homero Manzi testimonia que: “Fuimos
con un grupo de estudiantes universitarios a ver a Yrigoyen, hasta su casa de
la calle Brasil, para describirle nuestra angustia ante la reacción que
paralizaba los impulsos de la Reforma Universitaria de 1918. Aquella vez sentí
que su alma se encendía detrás de los serenos ojos grises y escuché este juicio
de labios de Yrigoyen: Yo soñé que la Universidad habría de ser la cuna del
alma argentina (…) que esa cultura
argentinizada en justicia se convertiría en un ejemplo para las juventudes de América. Pero me he
equivocado (…) he visto que lo que nos llega no toma nuestra forma y que
corremos el riesgo de esclavizarnos con modelos ajenos (…) que no habrán de
servir para profundizar nuestro destino”[15].
Entonces indudablemente el presidente intenta plasmar su doctrina en la mediación
favorable a los estudiantes. Ello concluye en lo que describe precisamente
Estefanía Cuello: “el presidente radical
acompañó a las demandas estudiantiles y, por decreto del ejecutivo, se
reformaron los estatutos de todas las universidades a fin de garantizar: el
co-gobierno universitario y la libertad de cátedra”[16].
Evidentemente este movimiento se
encuentra en armonía con los postulados previos de la GENERACIÓN DEL ´900. La corriente doctrinal que más se desarrolla y
gana terreno entre los estudiantes iberoamericanos es ella; empieza a marcar un
nuevo lugar desde donde pensar al continente, una nueva concepción de
pensamiento antipositivista, y en definitiva un nuevo marco epocal. Prima la
reflexión de que los países latinoamericanos deben abandonar los conflictos
limítrofes y comenzar a recuperar su historia en común. Los tres intérpretes
más granados de la Generación del 900 son José Enrique Rodo, Manuel Baldomero
Ugarte y José Vasconcelos. El faro
lumínico de esta Generación se inicia en el Río de la Plata con los dos
primeros. La Generación produce un trastrocamiento en la dimensión doctrinal de
América. En el plano político infunde un renacimiento del espíritu previo a la
Generación del ´80 que entiende que el mapa político del subcontinente no se
corresponde con la naturaleza sino que es producto de una división artificial
de lo que en esencia es una sola nación. Esta trama escritural de los “Maestros
de América” se ensambla con el ideario de los “Libertadores de América” que paradojalmente
terminan sus vidas desterrados. Para ella los 20 nuevos países son retazos
perdidos de un pueblo cuyo azaroso porvenir se encuentra fundido a la
posibilidad del reencuentro.
Mediante ella surge el arielismo. A tal efecto los autores
del ´900 se apropian de La tempestad (1611) de William Shakespeare. Si
bien Rubén Darío escribe dos años antes El
triunfo de Calibán, es Ariel de
Rodó el que se convierte en un Best
seller entre los universitarios. De esta manera el margen oriental del
Plata irrumpe con “Ariel” (1900) que inspira a las juventudes universitarias
que llevan adelante las reformas, “las
juventudes de América” como dice Yrigoyen. A tal efecto es menester
destacar que “juventud”, “América”,
“espíritu”, “alma”, “belleza”, “moral”, “revolución” e “insurrección” son palabras que aparecen a lo largo de Ariel y el “Manifiesto de Córdoba”. “Todos los temas del Manifiesto están presentes en Ariel. La redacción y el tono son a veces casi idénticos; en
ambos hay constantes referencias a lo sagrado y la moralidad. Los estudiantes
de Córdoba dan existencia real a la juventud abstracta e idealizada que retrata
Rodó. Es posible que el libro haya sido interpretado como un modelo a seguir”[17].
Los primeros dos sustantivos de
Ariel son “juventud” y “América”. En él un profesor (Próspero) les enseña a sus
alumnos. Utiliza la dicotomía entre Ariel y Calibán. Ariel representa la parte
noble del espíritu de la cultura, el sentimiento, la trascendencia y la razón.
El idealismo, la mezcla entre la cultura grecorromana y el cristianismo.
Calibán es símbolo de materialismo, intrascendencia, ética protestante y
utilitarismo. Para el oriental Ariel es el ser, es América Latina. Calibán es
el tener, es América anglosajona[18].
A los efectos de la cuestión del cristianismo puede leerse en el “Manifiesto
Liminar” que la Federación de Estudiantes no ataca al catolicismo sino a una de
sus deformaciones, el “fariseísmo tradicional”[19]
al cual asocian a una “una pavorosa indigencia de ideales”. Este
fenómeno del “fariseísmo” es desarrollado a partir de los años ´30 por Leonardo
Castellani quien enseña que “El
fariseísmo (…) es la soberbia religiosa: es la corrupción más sutil y peligrosa
de la verdad más grande: la verdad de que los valores religiosos son los
primeros. Pero en el momento en que nos los adjudicamos, los perdemos; en
el momento en que hacemos nuestro lo que es de Dios, deja de ser de nadie, si
es que no deviene propiedad del diablo”[20].
Por eso el texto universitario exclama “¡Curiosa religión que enseña a
menospreciar el honor y deprimir la personalidad! ¡Religión para vencidos o
para esclavos!”. Y que este modus
operandi de la Universidad mediterránea no se corresponde con los axiomas
de una religiosidad popular sino de una “sexta religiosa”[21]. De
hecho para Rodó “la religiosidad de los –norte- americanos (…) no es más que
una fuerza auxiliatoria de la legislación penal, que evacuaría su puesto el día
que fuera posible dar a la moral utilitaria la autoridad religiosa que
ambicionaba darle Stuart Mil”[22].
Asimismo el maestro oriental se muestra
preocupado por la deslatinización del continente y llama a los jóvenes a unirse
para formar una verdadera conciencia nacional continental (no de sus fragmentos
sino de su totalidad) que recupere los valores de Ariel que son antepuestos
como una tercera posición a la “igualdad
en lo mediocre” (marxismo) y la “concepción
utilitaria” (positivismo). Por eso Ariel
es considerado como un incipiente planteo geopolítico desde el plano de la
literatura y los ideales. “Cuando se
asentaban las historias “nacionales” de las “patrias chicas”, del Uruguay solo,
de Argentina sola, hubo algunos hombres –Rodó el primero- que quisieron
elevarse al horizonte unificado de América Latina, la “Magna Patria” de Rodó o
la “Patria Grande” al decir de Ugarte. Los intelectuales del 900 reiniciaban
así el camino inconcluso de Bolívar. Rodó puso la piedra fundamental”[23].
En relación a esto con la Generación del ´900
se produce una resurrección del
nacionalismo continental. Desde el margen occidental del Rio de la Plata
aparece Manuel Ugarte. Escribe el Porvenir
de la América española (1910) y realiza una campaña gigantesca por el
continente no política-partidaria sino intelectual-universitaria. “Conocido internacionalmente, fue aclamado
por años en sus años de lucha por verdaderas multitudes en cada país
latinoamericano, pero no vio publicado en vida ningún libro en su propio país.
Escribió más de treinta libros con temas que van desde la literatura social
hasta la sociología y la política, donde plantea como núcleo la unidad nacional
de América Latina. Recién en 1953, a dos años de su muerte, la editorial
Indoamericana publicó "El Porvenir de la América Latina", con un
estudio preliminar de Jorge Abelardo Ramos (…) No constituye una casualidad que
el más grande pintor ecuatoriano, Oswaldo Guamayasin, haya realizado un gran
mural en la Universidad de Guayaquil donde Ugarte figura junto a San Martín,
Simón Bolívar y Pedro Albizu Campos”[24].
De la misma manera que Felipe Varela décadas atrás, invierte todo su
patrimonio. Viaja, brinda conferencias con auditorios inmensos por las
principales ciudades. Esto tiene lugar entre 1911 y 1913. En un México
convulsionado y fraccionado por los avances y retrocesos de la Revolución se
complica porque le niegan el alquiler de auditorios por las presiones de EEUU.
Pero una movilización de estudiantes permite a Ugarte salir al balcón del hotel
y pronunciar una improvisada alocución. Roy Williams destaca en Ugarte “la idea de nacionalismo continental, la
idea de que la Argentina era una patria por hacer pero también tenía que ser
una patria que se pensase hacia América Latina y en ese sentido (…) piensa que
lo que se trataba de constituir era la identidad hispánica por la que habían
luchado San Martín y Bolívar (…) Un nacionalismo integrador, entendiendo que
(…) había que reconstituir la América española (…) pero también incorporaba a
Brasil y había que incorporar el legado lusitano no solo desde las ideas sino
también desde una práctica política situada”[25].
Las ideas fuerza de Ugarte son: “-Como latinoamericano, además de su patria
Argentina, Ugarte tiene una Patria constituida por la América española,
incluido Brasil, en una sola entidad superior. -La tarea es política. Hay que
reconstruir un bloque para una Patria Superior, porque nuestros pequeños Estados
eran "imposibilidades históricas". -Plantea por primera vez en
términos de acción política las estrategias o caminos de acción política de los
Estados de la América Latina, distinguiendo el papel tutelar en el proceso
unificador de Argentina y Brasil. -A esta unidad cultural le acecha un peligro,
Estados Unidos, país al cual respeta, pero al que le recrimina su actitud
imperialista. -Se declara partidario de aplicar una legislación social de
avanzada, para regular al Estado. -Propone la armonización de los planes de
educación de los países de América Latina, priorizando en ellos los rasgos
comunes de nuestra unidad común”[26].
Muchos de los líderes del movimiento
reformista iniciado en 1918 le simpatizan y él mismo interviene llevando su
apoyo activo a los estudiantes.
Finalmente es para destacar que asimismo la noción
de raza cósmica surge con la
Generación del ´900. Uno de sus últimos exponentes es José Vasconcelos,
Ministro de educación de la Revolución mexicana de 1920 a 1924. También es
candidato presidencial en 1929, derrotado por fraude electoral. Por ello es
denominado por autores como “presidente moral de México”.
Escribe La Raza Cósmica (1925). El libro se convierte en un best seller. “La tesis central del (…) libro es que las distintas razas del mundo
tienden a mezclarse cada vez más, hasta formar un nuevo tipo humano, compuesto
con la selección de cada uno de los pueblos existentes”[27].
Para Vasconcelos, el español se "desnaturaliza" y se integra a
la nueva geografía. Reconoce un mestizaje y una fusión positiva del español
(Raza blanca) con el indio (Roja) a la que se integran luego la raza negra
(africanos) y amarilla (Asiáticos). Esto da la síntesis de una quinta y última
raza, la universal y más perfecta. En ese futuro ya nadie pelea por creerse una
raza superior o elegida y se convive en paz y justicia social. Escribe que “Acabarán de formar los yanquis el último
gran imperio de una sola raza: el imperio final del poderío blanco”[28].
Piensa que América Latina es el lugar donde ocurre su conjetura por sus
características históricas, geográficas y religiosas. La fe mayoritaria es el
cristianismo que plantea el amor al prójimo y la justicia social. Entonces ve a
este y el extendido idioma castellano como lugares en donde anclar la unidad de
las por ahora fragmentadas provincias iberoamericanas.
Esta teoría se antepone a la de la
selección natural de Darwin propia del positivismo. Por eso Vasconcelos señala
que “se operaría en esta forma una
selección por el gusto, mucho más eficaz que la brutal selección darwiniana,
que sólo es válida, si acaso, para las especies inferiores, pero ya no para el
hombre”[29].
José Muñoz Azpiri (h) explica que “España asimiló, durante siglos, a judíos
moros y cristianos en un mestizaje racial que es nuestro origen común y que si
fusionó, primero, a los aborígenes y los españoles, sumó luego los pueblos más
diversos: negros, judíos, árabes, japoneses, italianos, franceses, alemanes y
anglosajones y a los que ahora se suman
los provenientes de Lejano Oriente. Toda Iberoamérica comparte esa
mezcla, cuyos componentes varían según las regiones y los momentos históricos,
sin que se altere la convivencia étnica, hazaña social y cultural que nos
singulariza y que se proyecta hoy como una virtualidad ejemplar (...) El
mestizaje racial, la religión católica, la lengua castellana (…) constituyen,
pues, los factores de unidad de Iberoamérica: pero tienen una condición: son
esenciales, es decir, que no pueden desaparecer con los tiempos, pues están
intrínsecamente unidos a los que es la personalidad de nuestros pueblos. El
carácter mestizo de la constitución étnica persiste, al igual que la fe
religiosa; seguimos hablando en castellano – o en la lengua hermana de Portugal
–… Podemos ignorarlos, renegar de ellos y hasta repudiarlos, descalificando sus
valores, pero jamás podremos anular su realidad, ya que se refieren a la
esencia de nuestras sociedades”[30].
El Palacio de la Educación en México
realizado antes de La raza cósmica,
posee alegorías arquitectónicas de las cuatro razas en los cuatro ángulos del
patio, labradas a pedido de Vasconcelos; y en el centro “un monumento que en alguna forma simbolizara la ley de los tres
estados (…) Todo para indicar que, (…) llegaremos en América, antes que en
parte alguna del globo, a la creación de una raza hecha con el tesoro de todas
las anteriores”[31].
La frase: "Por mi raza hablará el espíritu" aparece en los
distintivos de varias universidades americanas. “Mi raza”: por la raza cósmica.
“Hablará”: por el idioma español que une a Hispanoamérica. “Espíritu”: por la
noción de raza que no es biológica sino espiritual y por el axioma de Rodó que
integra espíritu y materia.
Coincidimos con Miguel Barrios en
que “la gran herencia vasconceliana
constituye cuatro dimensiones profundas: - Una actitud de rechazo a la
imposición de un pensamiento ajeno, constituyendo una especie de anti
imperialismo cultural. - La insistencia de una actitud de búsqueda de nuestra
identidad. - La revalorización de lo que somos. - Una serie de intuiciones muy
brillante acerca de ser latinoamericano, a la que denomina "La Raza
Cósmica"”[32].
Casi sin solución de continuidad temporal
el APRISMO del peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, retoma
este axioma. Estamos hablando de una de las primeras expresiones política de
masas en la cual se encarna el pensamiento de unidad continental. A su vez el
joven Haya encabeza el proceso de reforma universitaria peruana que cita a la
yrigoyenista y se cartea con los radicales personalistas. Es discípulo de
Vasconcelos durante su exilio en México en tiempos en que este es Secretario de
educación de la Revolución. A su regreso, besa la tierra peruana, se presenta a
las elecciones que pierde con fraude y se declara “presidente moral”. Es
conocido como “el Ariel encarnado” entre los universitarios; así lo presenta
alguna vez Julio Antonio Mella. Además califica a la Generación del ´900
como “brillante”[33].
Escribe Por la emancipación de América Latina (1927) y El
Antiimperialismo y El APRA (1928).
Haya de la Torre expone por ejemplo
que “América latina debe constituir una
Federación de Estados. Este, es el único camino hacia la victoria sobre el
imperialismo y el objetivo político del APRA como Partido Revolucionario”[34].
También que “la unión política de América
latina (…) conformaría un vasto país de ocho millones de millas cuadradas y,
más o menos, noventa millones de habitantes”[35]; y
reconoce que “nuestro Partido proviene
del gran movimiento cultural de las Universidades Populares, fundadas aquí en
1921, que fueron resultante social de la continental Reforma Universitaria
iniciada en 1918 –por la argentina- (...) Allí se gestó nuestro prístino
ideario político que señala a los pueblos continentales los postulados básicos
de toda renovación en cualquiera de ellos, a fin de intentar la Unión
Continental latino o indoamericana como garantía y barrera contra cualquier
imperialismo”. A los efectos de la reunificación indo-hispano-americana,
funda en 1924 la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), un partido
político con sede en las principales ciudades del continente. En este punto se
muestra influenciado por Ugarte, escribe: “Ugarte
(…) acertó en una proposición cuya lógica es paladina: a saber que la expansión
de Estados Unidos ha devenido como inevitable consecuencia de su poderío, y
este es una resultante de su vasta y concertada unidad continental. Si los
cuarenta y ocho estados norteamericanos estuviesen divididos en igual número de
“patrias” independientes, “soberanas”, rivales unas de las otras — con sus
respectivos utilitarismos politiqueros y sus agitadores jingoístas— no serían sino lo que son los
débiles Estados indoamericanos: débiles porque están desunidos”[36].
En la disputa por el poder
ideológico el APRA debe enfrentarse al “fundamentalismo
indigenista”. La Unión Soviética
“ordenaba a los militantes comunistas peruanos luchar por la instauración de
una república quechua y una república aymara totalmente independientes, lo que
equivalía a proponer la fragmentación territorial de Perú en tres Estados. (…) A los pocos días de fallecido Mariátegui
el 16 de abril de 1930, llegó a Lima, (…) una extensa comunicación de la
Internacional Comunista en la que se ampliaba la discusión (…) Decía: Un paso
habéis dado liquidando las débiles organizaciones del APRA en Perú y en el
extranjero (pero) crear un partido socialista que tendría como base más amplia
que el Partido Comunista (propuesta hecha por José Carlos Mariátegui) es, en el
fondo, volver por un rodeo y bajo otra etiqueta al aprismo, a un partido de
varias clases (…) a un Kuomintang más peligroso que el APRA (…) La primera
tarea de vuestro grupo es, pues, formar un partido comunista liquidando la
ideología del APRA” (…) Al nacionalismo continental propuesto por el aprismo,
la Internacional Comunista oponía el nacionalismo étnico indígena. A la unificación
de la nación indoamericana propuesta por el aprismo, (…) oponía –bajo la
aparente defensa de las masas indígenas explotadas- la fragmentación
territorial de los Estados ya existentes para dar lugar a una veintena más de
nuevas pequeñas repúblicas”[37].
Para contrarrestar esto, Haya de la Torre escribe “El problema del indio” donde
expresa que la dificultad no es étnica como sostiene el positivismo y el PC
sino social: la explotación. Advierte que “nuestro
indigenismo no es el simplista sentimental concepto racial que ante la estúpida
afirmación burguesa de la inferioridad de razas, opone en un amargo grito de
revancha la afirmación contraria”[38]. Como
solución al título del ensayo propone la reivindicación no sólo material sino
también espiritual del indígena explotado y retoma los postulados de su maestro
Vasconcelos en cuanto a la noción espiritual de raza.
Cómo resumen el aprismo tiene “dos rasgos fundamentales, según Haya de la
Torre, eran, por un lado, la tentativa de romper con el “colonialismo mental”
de Europa y por el otro, el de constituir un frente único de trabajadores
“intelectuales y manuales” para luchar por la confederación “indoamericana”, la
justicia económica y la libertad”[39].
a modo
de conclusión
Sintetizando nuestra sucinta exposición
y sin pretensión de dejar santificadas conclusiones definitivas que exceden la
naturaleza del artículo, por lo expuesto podemos ensayar lo siguiente.
1) Indudablemente en lo geopolítico la
Reforma Universitaria no es un fenómeno argentino sino continental
indo-hispano-americano.
2) El ideario intelectual de la
Reforma Universitaria se edifica a partir del surgimiento de un encadenamiento
de cosmovisiones alternativas al positivismo entre las que se produce una
alianza sobrentendida, congregada por el positivismo, su adversario axiomático
en común. Ellas están constituidas por el liberalismo político que surge dentro
de la propia Generación del ´80, el comunismo, el anarquismo, el krausismo, las
arraigadas ideas federales presentes en la UCR fundacional y la Generación del
´900. Cada corriente realiza su aporte desde algún ángulo y nos es imposible
desplegarlas todas aquí.
3) Evidentemente la más desarrollada
y difundida en Iberoamérica por aquellos años es la Generación del ´900.
4) La iconografía de la Generación
del ´900 se encuentra construida verisímilmente a partir de sus tres
intérpretes más granados: Rodó con Ariel,
Ugarte con El porvenir de la América
Española y Vasconcelos con La raza
cósmica.
5) Desde nuestra perspectiva el más
destacado estudiante reformista indoamericano es Haya de la Torre por dos
motivos: su formidable obra escritural y política. De ello emana el sobrenombre
de “Ariel encarnado” con justicia.
* Abogado, Doctorando en Derecho,
Docente de Derecho Político, Historia Constitucional Argentina e Historia
Constitucional Latinoamericana de la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional de Rosario, Presidente del Instituto de Derecho Público y Ciencia
Política y Vicepresidente (m. c.) del Instituto de Derecho Político del Colegio
de Abogados de Rosario.
[1] Gullo,
Marcelo, “Haya de la Torre y el aprismo como prolegómenos de Perón y el
peronismo”, Paiaguás vol. 01, n°2, Julio
de 2015, ISSN: 2446-9556.
[2] Arlotti,
Raúl, “El Manifiesto Liminar del 21 de junio de 1918: Texto Clave del
Movimiento Reformista”, en Ortiz, Tulio –
Scotti, Luciana (coord.), La
reforma universitaria de 1918 y sus antecedentes: visión desde la Facultad de
Derecho de la Universidad de Buenos Aires, 1a ed., Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Departamento de Publicaciones de la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, 2018, p. 47 y48.
[3] Federación
Universitaria de Córdoba, “Manifiesto Liminar de la Federación
Universitaria de Córdoba de la Reforma Universitaria”, 21 de Junio de 1918”,
Facultad de Derecho de la Universidad de la República de Uruguay, https://wold.fder.edu.uy/archivo/documentos/manifesto-reforma-universitaria.pdf.
[4] Portantiero, Juan Carlos, Estudiantes y política en América Latina. El
proceso de Reforma Universitaria (1918-1938), México, Siglo XXI, 1987, p.
58.
[5] Rojas
Jiménez, citado por Alegría
Fernando, Obra Narrativa Selecta, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 2002, p.
218.
[6] Mitre,
Bartolomé, citado por Pigna,
Felipe, “La Guerra de la Triple Alianza”, El Historiador, https://www.elhistoriador.com.ar/la-guerra-de-la-triple-alianza/#_ftn6.
[7] Pigna,
Felipe, “Roque Sáenz Peña”, El
Historiador, https://www.elhistoriador.com.ar/roque-saenz-pena/
[8] Anchorena,
Tomás, citado por Lorenzo, Celso,
Manual de Historia Constitucional Argentina, Rosario, Juris, 1994, Tomo 1, p. 256.
[9] Sáenz
Peña, Roque, citado por Pigna,
Felipe, “Roque Sáenz Peña: “Quiera el pueblo votar””, El Historiador, https://www.elhistoriador.com.ar/roque-saenz-pena-quiera-el-pueblo-votar/
[10] Além,
Leandro N., “Carta a su hijo”, El
Intransigente, https://www.elintransigente.com/argentina/2012/7/1/leandro-domingo-peron-unidos-recuerdo-137133.html
[11] Yrigoyen,
Hipólito, citado por Galasso,
Norberto, La larga lucha de los
argentinos. Y cómo la cuentan las diversas corrientes historiográficas,
1ra. Ed., Buenos Aires, Colihue, 2006, p. 135, negritas nuestras.
[12] Yrigoyen,
Juan H., “El decreto de Hipólito Yrigoyen”, El
Litoral, http://www.ellitoral.com.ar/96403.,
negritas y subrayado nuestros.
[13] Consecuentemente cuando el 1 de
agosto de 1929 se concreta la toma del mercado de los combustibles líquidos y
el Gral. Mosconi, la mano derecha de Yrigoyen en YPF, afirma que: “El 1º de agosto de 1929, fecha en que
nuestro país rompe los “trusts” petrolíferos que hasta entonces impusieron sus
exigencias y da a la América Latina el ejemplo y el impulso inicial del
movimiento que se ha transmitido a algunos países hermanos, México, Colombia y
Uruguay, entre ellos y que se propagará irremisiblemente a los demás pueblos de nuestra raza, hasta el
establecimiento de la independencia integral de Sud América” (MOSCONI, Enrique, citado por UCR Capital, “YPF, de ayer a hoy. El
legado de Hipólito Yrigoyen”, http://www.ucrcapital.org.ar/views/6379/ypf-de-ayer-a-hoy-el-legado-de-hipolito-yrigoyen, negritas nuestras).
[14] Galasso,
Norberto, La larga lucha de los
argentinos. Y cómo la cuentan las diversas corrientes historiográficas,
1ra. Ed., Buenos Aires, Colihue, 2006, p. 142.
[15] Manzi,
Homero, citado por Galasso,
Norberto, La larga lucha de los
argentinos. Y cómo la cuentan las diversas corrientes historiográficas,
1ra. Ed., Buenos Aires, Colihue, 2006, p.144, negritas nuestras.
[16] Cuello,
Estefanía P., “La Reforma universitaria y la política universitaria del
primer peronismo en la Facultad de Derecho de la UBA”, en Ortiz, Tulio – Scotti, Luciana (coord.),
La reforma universitaria de 1918 y sus
antecedentes: visión desde la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires, 1a ed., Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Departamento de
Publicaciones de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
de Buenos Aires, 2018, p. 85.
[17] Arlotti,
Raúl, “El Manifiesto Liminar del 21 de junio de 1918: Texto Clave del
Movimiento Reformista”, en Ortiz, Tulio –
Scotti, Luciana (coord.), La
reforma universitaria de 1918 y sus antecedentes: visión desde la Facultad de
Derecho de la Universidad de Buenos Aires, 1a ed., Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Departamento de Publicaciones de la Facultad de Derecho y
Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, 2018, p. 55.
[18] Rodó,
José E., Ariel, Montevideo,
Biblioteca Virtual Universal, 1900, http://biblioteca.org.ar/libros/70738.pdf,
Cap. 6.
[19] Federación
Universitaria de Córdoba, “Manifiesto Liminar de la Federación
Universitaria de Córdoba de la Reforma Universitaria”, 21 de Junio de 1918”,
Facultad de Derecho de la Universidad de la República de Uruguay, https://wold.fder.edu.uy/archivo/documentos/manifesto-reforma-universitaria.pdf.
[20] Castellani,
Leonardo, Cristo y los fariseos,
Mendoza, Ediciones Jauja, 1999, p. 12.
[21] Federación
Universitaria de Córdoba, “Manifiesto Liminar de la Federación
Universitaria de Córdoba de la Reforma Universitaria”, 21 de Junio de 1918”,
Facultad de Derecho de la Universidad de la República de Uruguay, https://wold.fder.edu.uy/archivo/documentos/manifesto-reforma-universitaria.pdf.
[22] Rodó,
José E., Ariel, Montevideo,
Biblioteca Virtual Universal, 1900, http://biblioteca.org.ar/libros/70738.pdf,
Cap. 6.
[23] Methol
Ferré, Alberto, “Del Arielismo al Mercosur”, en Zea, Leopoldo – Taboada (comp.), Arielismo y Globalización, México, Instituto Panamericano de
Geografía e Historia, 2002.
[24] Barrios,
Miguel, “Manuel Ugarte, un precursor de la Patria Grande”, Tiempo Argentino, https://www.tiempoar.com.ar/nota/manuel-ugarte-un-precursor-de-la-patria-grande
[25] Williams,
Roy C., “Clase 6: "Scalabrini Ortiz, Marechal y Astrada: Mito,
literatura y política en la axiomática del peronismo clásico", Cátedra
Libre Juan Domingo Perón de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones
Internacionales de la UNR, https://www.facebook.com/catedralibrejuandomingoperon/videos/1239413459491222/
[26] Barrios,
Miguel, “Manuel Ugarte, un precursor de la Patria Grande”, Tiempo Argentino, https://www.tiempoar.com.ar/nota/manuel-ugarte-un-precursor-de-la-patria-grande
[27] Vasconcelos,
José, La raza cósmica. Misión de
la raza iberoamericana, Buenos Aires, 1948, www.ingenieria.unam.mx%2Fdcsyhfi%2Fmaterial_didactico%2FLiteratura_Hispanoamericana_Contemporanea%2FAutores_V%2FVASCONCELOS%2FRA.pdf,
p. 1.
[28] Vasconcelos,
José, La raza cósmica. Misión de
la raza iberoamericana, Buenos Aires, 1948, www.ingenieria.unam.mx%2Fdcsyhfi%2Fmaterial_didactico%2FLiteratura_Hispanoamericana_Contemporanea%2FAutores_V%2FVASCONCELOS%2FRA.pdf,
p. 15.
[29] Vasconcelos,
José, La raza cósmica. Misión de
la raza iberoamericana, Buenos Aires, 1948, www.ingenieria.unam.mx%2Fdcsyhfi%2Fmaterial_didactico%2FLiteratura_Hispanoamericana_Contemporanea%2FAutores_V%2FVASCONCELOS%2FRA.pdf,
p. 24.
[30] Muñoz
Azpiri, José L. (h), “Hispanoamérica ante un nuevo 12 de Octubre”, Una mirada austral, http://unamiradaaustral.com.ar/hispanoamerica-ante-nuevo-12-octubre/.
[31] Vasconcelos,
José, La raza cósmica. Misión de
la raza iberoamericana, Buenos Aires, 1948, www.ingenieria.unam.mx%2Fdcsyhfi%2Fmaterial_didactico%2FLiteratura_Hispanoamericana_Contemporanea%2FAutores_V%2FVASCONCELOS%2FRA.pdf,
p. 30 y 31.
[32] Barrios,
Miguel, “José Vasconcelos: el filósofo político de la liberación de la
Patria Grande”, Geopolítica.ru, https://www.geopolitica.ru/es/article/jose-vasconcelos-el-filosofo-politico-de-la-liberacion-de-la-patria-grande
[33] Haya
de la Torre, 30 años de aprismo,
Lima, Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2010, p. 108.
[34] Haya
De La Torre, Víctor R., citado por Gullo,
Marcelo, “Haya de la Torre y el aprismo como prolegómenos de Perón y el
peronismo”, Paiaguás vol. 01, n°2, Julio
de 2015, ISSN: 2446-9556, p. 33.
[35] Haya
De La Torre, Víctor R., citado por Gullo,
Marcelo, “Haya de la Torre y el aprismo como prolegómenos de Perón y el
peronismo”, Paiaguás vol. 01, n°2, Julio
de 2015, ISSN: 2446-9556, p. 33.
[36] Haya
de la Torre, 30 años de aprismo,
Lima, Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2010, p. 111.
[37] Gullo,
Marcelo, Relaciones internacionales: una teoría crítica desde la periferia
sudamericana, 1º ed., Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Biblos, 2018, p. 224
y 225.
[38] Haya
de la Torre, Víctor R., “El problema del Indio”, 1927, https://es.scribd.com/doc/16729046/Haya-de-la-Torre-El-problema-del-Indio.
[39] Ramos, Jorge Abelardo, Historia
de la nación latinoamericana, Buenos Aires, Continente, 2012 p. 313.